viernes, 21 de enero de 2011

Mehen: así en la vida como en el juego

Los espirales en las tablas para un juego, un juego de espiral primario



El juego de la Oca es un desafío para 2 o mas personas, ha sido versionado en los últimos tiempos de diversas formas, le hemos visto jugar o jugado en la mesa de nuestra casa, con dados y fichas, o en alguna propuesta multimedia, se trata de un desafío que hace milenios crearon en tiempo de los Egipcios, probablemente desde las primeras dinastías.
Tenía la forma de un espiral, el mismo que podemos ver en las pinturas y grabados en piedra , y que fueran realizadas por los primeros humanos que imprimieron sus signos. Fué evolucionando hasta llegar talvez hace 5.000 años a ser el segundo juego de tableros que sin distinción de clases, se compartía en el vasto imperio de Egipto. Su nombre Mehen, hace referencia al dios serpiente, que enroscado recibía al sol por el oeste, le cernía sus aros en un abrazo que le cubría por entero hasta dejarle libre luego por el este en pleno amanecer. En ese tiempo de oscuridad se planteaba el juego de ver el camino sin el destello del dios Ra, el sol, y es entonces cuando los componentes de la travesía del jugador eran además de lo palpable o visible, la presencia de los imponderables, los eventos azarosos, una tirada de dados nos puede dejar en una casilla de triunfo, de avance sin mas méritos que el azar, o de caída en una posición de retroceso, de estancamiento, o desequilibrio ante las posibilidades de avance del contrario.
Este juego tuvo la particularidad de ser el primero que se conoce con la posibilidad de integrar en la partida a mas de dos jugadores, se encontraron piezas que admitirían hasta seis.
Amón-Ra, quien decreta como único dios venerado por los egipcios al dios sol Ra, decide prohibir el juego que representa a Mehen, ya no es posible aceptar que nada oculte al dios absoluto , y es entonces que censurado, luego de ser requisadas todas las piezas y tableros que les fué posible, tirado luego al Nilo, como ofrenda, y castigado con duras penas a quien osara conservar algún tablero, este, el que tenía forma de serpiente enrollada viaja en forma de amuleto en el pecho de las milicias, clandestino e invasor, ya en tierras de medio oriente, se instala en su cultura, se mezcla.
Allí es tomado por las mujeres, las que tenían el peso de resolver lo esencial entre los suyos, el agua, la comida. en esas tierras áridas, ellas debían buscar el agua, a distancias tales que les podría llevar varias jornadas el retornar con sus vasijas. Emprendian el viaje cantando, acompañadas por sus hijos, en el camino debían sortear toda suerte de obstáculos siendo el que mas temían el encuentro con las hienas, en su tablero que toma este nombre, y que conserva la forma y las fichas del Mehen, se desarrolla ese viaje hacia la búsqueda del agua, y lo jugaban también cantando. Desde aquí a Grecia, donde también se modifica, sin perder esencia, luego Roma, y ya en Europa central, es en Alemania por el siglo XVIII, que aparece en formato de tabla pintada un tablero al que bautizaron el juego de la Oca

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